\Capítulo 1116
Al ver a Joanna, los ojos de Mairesi brillaron con increíble emoción. Dijo en antlenish: “Oh, ¿se conocen? ¡Genial!”
El sujeto 807 realmente superó sus expectativas.
Pasó por muchos experimentos y modificaciones genéticas y le implantaron dos juegos de microchips electrónicos.
Sin embargo, todavía podía despertar un rastro de autoconciencia. Se pudo ver cuán exitoso y poderoso fue este
sujeto de prueba.
Cuando Joanna escuchó eso, se enojó muchísimo y la regañó en antleno: “No se lo pueden llevar, científicos locos.
En nombre de hacer ciencia, has hecho cosas malas que no pueden exponerse al público”.
“Todos condenarán y despreciarán tus acciones”.
Cuando Mairesi escuchó eso, no se enojó en absoluto. En cambio, estaba aún más emocionado.
“¿Eres su esposa?”
“Así es. Soy su esposa.”
“Quiero llevarlo de regreso a mi país. Estás destruyendo la relación amistosa entre los dos países al encarcelar y
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇttorturar ilegalmente a mi marido. La Corte Internacional de Justicia los perseguirá…” Mientras Joanna hablaba, sus
ojos se volvieron y miraron ferozmente a Mairesi.
Cuando Mairesi escuchó eso, un rastro de desdén apareció en sus ojos.
Melta era actualmente el país número uno. Siempre habían sido tiránicos y dominantes, como los matones y
bandidos del mundo.
Siempre habían ignorado las condenas y maldiciones de otros países.
Además, ahora estaban en la tierra de Melta. Para ellos era simplemente un sueño dejar a Melta con vida. Como no
podían irse, los forasteros no conocerían toda la información privilegiada del instituto de investigación.
Naturalmente, no tenían que preocuparse de que nadie los condenara.
“Jaja, ya que eres su esposa, eso es lo mejor. Te llevaré de regreso al instituto de investigación”.
“No te preocupes. Mientras seas obediente y cooperativa, te dejaré estar con tu marido”.
“Como puedes ver, tu marido se ha vuelto muy perfecto y fuerte. Cuando llegue el momento, tú también podrás
llegar a ser como él”. Dijo Mairesi y le dedicó la sonrisa habitual de la gente Melta.
El corazón de Joanna dio un vuelco.
“Ni siquiera pienses en eso. Incluso si muero, no iré al instituto de investigación contigo”.
Cuando Mairesi escuchó eso, se burló. “En ese caso, sólo puedo enviarte al cielo”.
Después de decir eso, volvió su mirada hacia Bruce. “Buen chico, mátala”.
El cerebro de Bruce recibió la orden. Sus pupilas de repente se pusieron rojas y sus manos agarraron
incontrolablemente el cuello de Joanna.
La respiración de Joanna se cortó instantáneamente. Ella lo miró con dolor y desesperación. “Ejem, Bruce, no te
dejes controlar por él …”
Los brazos de Bruce temblaban violentamente y su cerebro seguía dando órdenes contradictorias y caóticas. “UH
Huh…”
“Buen chico, mátala de inmediato”. Mairesi reforzó el mando utilizando el mando a distancia.
La gran mano de Bruce se apretó y su temblor se hizo cada vez más intenso.
El cuello de Joanna estaba casi roto y su cara estaba tan roja como un tomate partido. En menos de un minuto, ya
había empezado a poner los ojos en blanco y ya no luchaba.
Al mirar su trágico y hermoso rostro, la conciencia en el cerebro de Bruce se recuperó un poco. ¡La conciencia
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmsuprimió con fuerza la orden de Mairesi!
1/2
09:32D
“¡Argh!” Bruce rugió de dolor y bajó la mano con fuerza.
Su conciencia le dijo que no la matara. Era alguien muy importante para él.
Joanna cayó sin fuerzas al suelo y tosió un par de veces antes de que su respiración se volviera más suave.
Cuando Mairesi vio eso, un rastro de sorpresa apareció en sus ojos.
“Parece que no estás dispuesto a escuchar. Los niños desobedientes serán severamente castigados”. Mientras
hablaba, Mairesi presionó otro botón.
Inmediatamente, los microchips en el cerebro de Bruce activaron su función de castigo.
Era como si tuviera un taladro en la cabeza. Era tan doloroso que apenas podía respirar. Rodó por el suelo. “Puaj…”
Al ver eso, Joanna sintió como si le clavaran un cuchillo en el corazón. Ella se arrastró hasta su lado. “Bruce…”
Bruce aulló tristemente y siguió rodando por el suelo.
Fue como si mil flechas atravesaran el corazón de Joanna. Ella no podía tocarlo en absoluto. Sólo pudo rogarle a
Mairesi: “No lo castigues más. No lo castigues más”.