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Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

chapter 85
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Fuertes declaraciones.
Me mantuve en silencio desde el momento que entre a la sala de juntas donde esperaban Paul y la Sra. Dubois, no me
sorprendió ent lo absoluto la presencia de esa mujer, era lógico que ella estuviera detrás de todo esto para quedarse con lo que
no era suyo de la forma más sucia y me daba làstima ver como Paul era manejado
litere por su madre.
Paul miraba con impaciencia su reloj de pulsera, faltaba un minuto para que se cumpliera el tiempo acordado a último momento
y solo faltaba Alexander y Julian para dar por comenzada la reunión,
El dolor de cabeza habia disminuido considerablemente, pues la decisión que habla tomado en secreto era la más saludable
para todos, al menos para mi.
Justo cuando Paul se levantó de la silla que siempre ha ocupado mi padre en la cabecera de la mesa, entraron el par de
hombres que faltaba junto con Abby, quien no debería estar aqui, pero inesperadamente asistió. Los tres se sentaron del lado
de la mesa en la que Vincent y yo estábamos sentados, dejando sola, del otro lado, a la Sta. Dubois, quien no parecla alectada
por ello en lo más minimo,
¡Vaya! Por un segundo crei que daria inicio sin los colaboradores, dijo Paul con una falsa sonrisa en su rostro y de inmediato se
acercó a la puerta para cerrarla. Antes de iniciar, le doy la bienvenida a mi madre, quien serà mi mano derecha a partir de hoy. –
Vincent, que estaba a mi lado derecho, se tio en silencio con ironia y nos miramos.
empo, sabiendo lo que pasaba por nuestra
mente.
Pero claro que esa desvergonzada seria su mano derecha, si no fuera por ella, a Paul no se le hubiese ni pasado por la cabeza
llegar a tales extremos. Abby balbuceo algunas palabras para si misma, pero no logré escucharla, aunque no tardó ni un
segundo para aplaudir lentamente, como si estuviera viendo el espectáculo más mediocre.
¡Bravo! Digno de aplaudir. escupio con sarcasmo, ganandose la atención de todos los presentes. -Es que lo veo y no lo creo..
Madre, ¿estás de acuerdo con la mierda que esta haciendo Paul? Esta es la empresa de tus mejores amigos que siguen
desaparecidos, ¿ como es que estás tan tranquila después de tantos años de amistad? No lo crei de ti, eres tan falsa.-las
palabras de Abby me dejaron. intranquila, no solo por recordarme las desgracias por las que estaba atravesando, sino porque
un sentimiento de culpa se alojó en mi pecho.

Abby en realidad era ajena a lo que hacia su familia y yo la juzgue desde el primer segundo, estaba tan enojada como todos por
las ultimas noticias de la empresa y no se quedo callada ni porque se trataba de su propia madre y su hermano.
-¡Abby! No te permito que me hables de esa manera, soy tu madre y merezco respeto. la Sra. Margaret habló indignada y no
sabia. si reirme en su cara por lo cinica que estaba siendo o unirme a las ofensivas palabras de Abby para desquitarme.
¿Respeto? ¿Qué es el respeto para ti? ¿Acaso respetas a Sarah que está pasando por un momento dificil lleno de
incertidumbre? ¿ Acaso respetas a los Doinel, quitándole lo que construyeron ladrillo por ladrillo? ¿Eso es respeto para ti? ¿Qué
le pasa a la cabeza a ustedes dos? Abby estaba realmente afectada por las malas acciones de su familia y eso que esto era
solo un abrebocas, no queria ni imaginarme como iba a reaccionar cuando se entere de los limites que han traspasado, pero no
tenia pruebas para hacérselo saber, ella. no iba a creerlo si alguien se lo dijera.
-Ya callate, Abby. Aunque muchos no estén de acuerdo, esta empresa ahora le pertenece a los Dubois, deberias estar
agradecida, es también tu empresa. -Paul intervino con mala cara, mientras caminaba de vuelta a su asiento, pero se quedó de
pie con la mirada fija en su hermana, quien soltó una risa sin gracia.
Nadie se atrevió a decir una sola palabra ante la disputa familiar que se llevaba a cabo, ni siquiera yo quería decir una sola
palabra siendo la afectada directa, pero no tenia nada para decir, no iba a malgastar mis palabras con ese par.
– Qué considerado de tu parte, hermano, Gracias, pero no quiero nada que se haya obtenido con trampas, porque estoy segura
de que esto no es más que eso, son unas ratas y me avergüenzo de decir que son ini familia. -Abby no se guardó lo más
minimo. Le di una mirada a Vincent, queria saber si con esto comenzaba a darse cuenta de que Abby no estaba coludida con su
familia y que, a pesar de llevar aquel apellido, no era parecida a ellos, pero no podia adivinar lo que pasaba por su mente, su
rostro estaba completamente serio, mientras miraba a una furiosa Abby. -¿Sabes? Me alegro tanto que Sarah no haya superado

a su exmarido y que no se interesara ni un poco en ti. En este momento le pido perdón por haberle insistido por tanto tiempo
que se diera una oportunidad contigo, no le llegas ni a los tobillos,
Mis ojos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa de sus directas palabras y todos en la mesa tuvieron reacciones
diferentes por las fuertes declaraciones.
La Sra. Dubois estaba descontenta con su hija, la miraba con desaprobación, A Paul se le notaba la irritación y el malhumor,
que trataba de ocultar tras una sonrisa de medio lado. Julián se removia incomodo por estar en medio de la pelea que
involucraba su trabajo, Alexander estaba tenso a mi lado, pero tenia una ligera sonrisa de satisfacción y orgullo, no perdió la
oportunidad para posar su mano en mi rodilla como si me estuviera felicitando por tal logro. Y Vincent, se cubria la sonrisa con

una mano, mientras miraba fijamente a la mujer que estaba al otro extremo de él, por fin pude ver algo en sus ojos, me dejaba
saber que en este momento estaba admirando a esa mujer de la que tanto desconfiaba.
Desde que la conozco, ha dicho cada disparate que se le cruza por la cabeza, pero era la primera vez que hablaba con
seriedad y sensatez, a su estilo, pero lo hacia.
Te tengo buenas noticias, hermana, eso va a cambiar en este momento, todas las miradas abandonaron el rostro sonojado de
Abby y se posaron en Paul cuando soltà aquello. No se sabia lo que quería decir con aquello, pero me dejó más inquieta de lo
que ya
estaba,
Ahora con que nos va a salir este payaso. Alexander mumu a mi lado para que solo yo escuchara, sin apartar su calida mand
de mi rodilla ni por un segundo,
Teniendo en cuenta que la empresa es mia por la posesión de la mayoria de las acciones de Doinel, quiero aprovechar este
momento para demostrarles que no soy el ser despiadado que ustedes creen y Regar a un acuerdo con Sarah-con aquellas
palabras, ya sabia a donde queria llegar Paul y por lo visto, Alexander también to supo, pues apreta descuidadamente su
agame en mi pierna, como si estuviera conteniendo las ganas de levantaise de su asiento y darle el segundo puñetazo del dia a
Paul.-Sarah, estoy dispuesto a devolver las acciones de la familia Doinel, a cambio de que te cases conmigo,
Aquello dejó a todos helados en sus asientos, a excepción de la Sra. Dubois y de mi,
En el siguiente segundo, dejé de sentir el calor de la mano de Alexander, pues me habla soltarlo para apoyar sus manos sobre
la mesa, con la intención de levantarse, pero esta vez, fui yo quien posa una mano solite su pieina para que se calmara y me
dejara lidiar
on la situación.
Este asunto eta mio y sabia lo que debía hacer sin necesidad de que alguno intentase defenderme.
Me levante de mi asiento y bajo la expectante mirada de todos los presentes, caminé con una sonrisa fingida en mi rostro hasta
flegar a un lado de Paul, quien me miraba como si fuera un trofeo que acababa de ganar,
-Es una oferta muy tentadura-dije mirandolo, logrando que su sonrisa se ensanchara e ignoré los jadeos de asombro detrás de
mi, → Pero, no creas que vas a conseguir lo que no conseguiste por “las buenas”. Podils comprar el amor de cualquiera, si es
que se le puede llamar amor, pero el de Sarah Doinel, jamás. Puedes quedarte con todo y hacer lo que se te venga en gana, no

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me interesa, İsta reunión es para nombrar el nuevo gerente general y aunque no haga Lalta mi voto, te day el mio, felicidades,
Sr. presidente, la empresa es tuyasu sonrisa se estumó automáticamente y le di unas palmaditas en el hombro, La sala de junta
quedó en completo silencio, lo único que podía escuchar era mi tespiración irregular. Yel anuncio que queria hacet, es que
abandonaré Doinel. Esta empresa no me pertenece y la verdad, se me revuelve el estómago cada vez que te veo y darme
cuenta de lo bajo que has calda. Qué to aproveche, St. Dubois.
—¡Esa es la Sarah que conozcol-escuche la voz de Abby y aun asi, no bajo la mirada desafiante que le dedicaba al hombre
descontento parado al frente de mi. Si ella se va, yo también me voy, esta empresa no es nada si un Doinel. – su voz se
escuchaba cada vez más cerca, por lo que deduje que estaba detrás de mi.
Abby
Yo también me ité, no tengo nada que hacer aqui. -Vincent se unió a la aversión y supe que se habla acercado junto con
Si cruzas esa puerta voy a demandaite.-dijo Paul sin dejar de mirarme con hostilidad y soncel apacible, sin dejar que alguna de
sus amenazas lograra hacerme cambiar de opinión o que me perturbara.
Nada iba a lograr que cambiase de opinión.

Inténtelo, no tiene nada para demandarme.-respondi serena y sintiendo que un gran peso abandonaba mi espalda.
El no tenia nada para proceder con una demanda, en cambio, yo tenía muchos motivos para denunciarlo ante las autoridades y
con las pruebas suficientes se iba a pudrir en la cárcel junto a sus padres,
No pretendia seguir perdiendo tiempo con él, le regalé una ultima sonrisa llena de indiferencia y caminé rumbo a la puerta, pero
a mitad de camino, senti una mano rodear mi brazo con fuerza, haciendo que me detuviera y me girase.
Paul me sostenia sin cuidado alguno y en pude ver la ira desatada en sus ojos, aquella mirada podria intimidar a cualquiera,
pero yo no era cualquiera.
Si te was, ni te molestes en poner un solo ple en mi empresa o vas a tener que alenerte a las consecuencias-antes de que
pudiera responder, una mano se posó en el hombro de Paul, logrando que me soltara antes de gitar y en el siguiente segundo,
su cara se volled hacia un lado soltando un gemido de dolor y mi sorpresa fue más que grande cuando vi a Abby subanduse los
nudillos.

-Puedes irte muy al infierno, desgraciado. -escupió Abby con odio y dolor en su rostro, Vincent no tardó en tomar su mano con
preocupación, sin ocultar el asombro e inspeccionar el daño causado en sus nudillos por el fuette puñetazo que le dio a su
hermano.
Sin darme cuenta, unos brazos rodearon mi cuerpo y con solo oler su perfume, supe que era Alexander quien llegó a mi lado
para protegerme de cualquier mal.
-¡Todos! ¡fuera! No quiero ver sus rostros en mi empresa. Tú también, Lancaster, eres la ultima persona que se me apetece
encontrarme todos los dias, largol (Estás fuera de la colaboración-Paul gritaha descontrolado, su respiración se agitó con
mucha rapidez y por un segundo me preocupé por el rumbo que estaba tomando todo esto, me preocupaba el resultado de la
colaboración, el proyecto en el que mi padre trabajó por tantos anos para hacer realidad y que apuntaba al éxito seguro, sin
contar la beneficioso que seria para las empresas colaboradoras, las de Alexander y Julián.
Pronto, la preocupación se esfumó, al recordar las cláusulas del contrato de colaboración a tres vias que mi padre se encargo
de preparar para el beneficio de todos, Si Paul expulsa siquiera a uno de los colaboradores, le iria muy mal a la empresa y
aunque ahora esté a su marido, no queria ver hundida la empresa que construyó mi familia con tanto esfuerzo.
Me temo que seguirá viendo mi rostro por un largo tiempo. ¿Con quién cree que está hablando? Tenemos un contrato firmado,
ni el Sr. Ferrer ni yo, podemos abandonar el proyecto antes del año acordado, de no ser porque las colecciones se lanzasen
antes del

tiempo estipulado, de lo contrario, tendrá que pagar una multa multimillonaria a ambas empresas que lo dejarian en la ruina.
Alexander habló con su voz gélida e indiferente, dejando callado a Paul, que parecia estar a punto de explotar de ira. Al parecer,
sus planes no salieron como lo habia pensado. -Veo que no ha leido las cláusulas del contrato, no sabe ni donde está parado y
dice llamarse Gerente General. Este circo llamado reunión, ha finalizado, lo dejamos con su mano derecha, si es que le sirve
para algo. Vamos, cariño. – Alexander se atrevió a dar fin a la junta, sin tener ninguna autoridad y no esperó que Paul dijera una
sola palabra, cuando caminó hasta la
salida sin soltarme.
Detrás nos seguían Vincent, Abby y para mi sorpresa, Julián se unió a nosotros, abandonando la reunión más incomoda que
haya presenciado jamás y me sentia avergonzada con él por esto, se estaba llevando una mala impresión de la empresa en la
que confió, pero la situación se habia escapado de mis manos.

– Qué buen derechazo, ¿dónde aprendiste a golpear de esa manera? -escuché que Vincent le preguntaba a Abby.
Giré la cabeza solo un poco para mirarlos caminar detrás de nosotros y una ligera y discreta sonrisa se dibujó en mi rostro sin
poder evitarlo, al ver la escena.
Vincent seguia mirando los nudillos de Abby e intentaba masajear para aliviar el dolor, mientras que las mejillas de mi amiga
estaban encendidas mirando el rostro preocupado, sorprendido y maravillado del hombre a su lado.
-Lo acabo de aprender, es que me he dejado llevar por el enojo y ahora lo estoy lamentando. -respondió Abby como si de
pronto. el dolor hubiese desaparecido con un milagroso “masaje”, que resultaba visualmente doloroso.
-No te lo puedo creer. Recuérdame no hacerte enojar. -Vincent bromeó fingiendo temerle a Abby y ella soltó una risita nerviosa
sin apartar sus ojos de él, ninguno de los dos parecia prestarle atención al camino, estaban concentrados uno en el otro.
Descuida, no corres con la misma suerte que Paul.
Me alegra saberlo, si asi te quedaron los nudillos, no quiero imaginar como dejarias a tu hermano. Te ayudarė a limpiar las
heridas.
Al menos, algo bueno nacía entre tantas desgracias.