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La Novia Equivocada Novela de Day Torres

Capítulo 186
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ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPITULO 35. ¿Podemos encontrarlo?

-¡Si! ¡Por supuesto que sí! -exclamó Nahia con los ojos llenos de lágrimas-. ¡Por supuesto que quiero

casarme contigo, amor! ¡Claro que quiero!

Aaron la levantó por la cintura y le hizo una pirueta para acabar besándola con fascinación.

-Te amo, Nahia -dijo apoyando su frente en la suya–Te amo más que a nada en este mundo. (1)

-Y yo te amo a ti, Robocop -murmuró ella besándolo con una urgencia que contagió a Aaron en un

segundo-. ¿Y cómo vamos a celebrar este hermoso compromiso?

-¿Te voy a hacer el amor salvajemente? -sonrió él mientras la levantaba para que Nahia enredara las

piernas a su alrededor.

Se la llevó a la cama y al cielo, hasta se olvidaron de cenar; pero nada de eso importaba porque eran

felices. Aquelia fue la noche más apasionada de la vida de Nahia, y procuró disfrutarla porque estaba

segura de que luego llegaría la voragine del compromiso.

Anunciárselo a las familias y hacer dos fiestas instantáneas fue lo mismo, y de ambas partes hubo

protestas porque ellos no querían fijar la fecha de la boda ni ponerse inmediatamente con los

preparativos.

-¡Mamá, por favor, sabes que nosotros organizamos bodas en cinco minutos! -rezongó Aaron-. Nahia

todavía tiene que terminar la universidad, yo estoy a tope de trabajo, no hay razón para correr detrás

de una boda. Lo que importa es que más comprometidos no podemos estar.

Nina había tenido que resignarse, lo mismo que Meli, a que sus hijos se casarían cuando ellos

quisieran, y posiblemente les informarían solo unas horas antes.

Pero en eso se equivocaban, porque toda la intensidad familiar solo desembocó en lo más lógico.

-¿Y si nos escapamos? -le sugirió Aaron a Nahia un día en que se sentía particularmente saturado. 1

-¿Lo dices en serio? -preguntó Nahia.

-¡Por supuesto! Podemos casarnos en secreto y ya luego soltamos la bomba -dijo él-. Y ya luego que

sea lo que Dios quiera.

Nahia sonrió y cuando habló fue para darle su idea.

-Este pueblito es muy pequeño y nadie nos conoce. Podemos ir al ayuntamiento… solicitar la licencia

de matrimonio y casarnos sin que nadie se enterara -le dijo.

-¿Lo hacemos mañana? -preguntó él emocionado.

Nahia se quedó pensativa.

-Bueno… en un par de semanas es Navidad, la navidad es buena para que la gente se tome con

aplomo cosas que no quieren oír…

-¿Como decirles a nuestros padres que nos casamos en secreto?

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–¡Exacto!

Aaron la sentó sobre él en el sofá y le dio un beso emocionado.

-¿Te he dicho que eres la mujer más inteligente del mundo? ¡Nos casamos mañana entonces!

Al día siguiente, él de traje y corbata y ella con un sencillo vestido blanco se dirigieron al ayuntamiento,

tomados de la mano y con más emoción que si fueran con una enorme comitiva de amigos y

familiares.

Ya tendrían tiempo de sobra para celebrar una boda, en aquel momento solo querían que entre ellos

naciera un matrimonio.

Cuando llegaron solicitaron la documentación necesaria y poco tiempo después les permitieron pasar.

El juez, un hombre que ya pasaba de los sesenta años, los miró con afecto al repasar su historia y les

preguntó si estaban listos para oficializar su compromiso. Ellos asintieron emocionados, cada uno con

un anillo en la mano.

-¡Bien! ¡Que así sea! Siempre me gusta ver el amor en los jóvenes.

El juez sonrió y comenzó a leer la ceremonia frente a aquel par de enamorados, mientras una luz

cálida iluminaba la sala del ayuntamiento a través de las grandes ventanas.

-Ya sé que no es lo normal en bodas civiles, pero ¿quieren decir sus votos? -los animó.

Nahia asintió un poco nerviosa y se giró hacia Aaron.

-Robocop… Perdón, Aaron… -sonrió-. Aaron, sé que somos muy jóvenes para hacer esto, pero

también sé que estamos haciendo lo correcto. Tú eres mi hogar, lo has sido desde que te conocí, y te

prometo que haré todo lo que esté en mi mano para que siempre seas feliz, para que siempre estemos

juntos, para que tengamos un futuro hermoso, con una gran familia. Te amo. Te amo con todo mi

corazón, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

A Aaron se le humedecieron los ojos mientras ella le ponía el anillo.

-Nahia, al crecer como un huérfano, para mí siempre fue muy difícil confiar en las personas, pero toda

mi fe, toda mi confianza, todo mi corazón te lo entrego a ti, porque estoy seguro de que lo cuidarás

como yo estoy dispuesto a cuidar del tuyo. Te lo dije una vez, que viviría por ti, moriría por ti, y mataría

por ti, y te lo repito hoy para sellar esta promesa de que siempre voy a estar a tu lado. Siempre. 2

Le puso el anillo y el juez sonrió entusiasmado también.

-Muy bien, por el poder que me confiere este estado, los declaro, marido y mujer, puede besar a la

novia.

Aaron atrajo a Nahia hacia su pecho y la besó con emoción.

Pocos minutos después el juez les entregó sus documentos y su acta de matrimonio. Luego, salieron

del ayuntamiento sonriendo, abrazados y llenos de felicidad por haber decidido dar aquel paso. 2

Durante los días siguientes se prepararon para dar la noticia a todos sus amigos y familiares, pero

sabían que aparte de querer una gran fiesta, no los iban a regañar demasiado.

-Creo que voy a viajar a Ucrania pasado mañana, nena -le dijo Aaron viendo su calendario de trabajo-.

¿Vas a venir conmigo?

-No puedo, cielo, yo tengo que enfrentar a mis propios monstruos -sonrió ella-, pero en cuanto llegues

a la casa de tus padres me hablas, los ponemos a todos en videollamada y les soltamos la bomba.

Aaron la tomó entre sus brazos con un gesto posesivo y emocionado.

-¡Y luego los vemos perseguirnos con sartenes y pistolas! -le advirtió.

-¡Exacto!

Aaron solo estaría lejos un par de días y volvería para pasar la Navidad con ella. Nahia lo llevó hasta

el aeropuerto y esperó ansiosamente aquella llamada, porque estaba segura de que sería todo un

escándalo su matrimonio. Feliz, pero escándalo al fin.

Sin embargo aquella llamada que esperaba no llegó.

Las horas pasaban y no había noticias de Aaron, su teléfono estaba apagado o sin señal, y ella se

preocupaba cada vez más. Para cuando llegó la noche ya Nahia estaba desesperada. ¿Qué habría

sucedido? ¿Había tenido un accidente? O peor aún, ¿Podría estar en problemas por alguna razón? 1.

No sabiendo qué hacer, decidió llamar a su hermano, y Caleb enseguida le devolvió la llamada.

-¿Nahia?

-¡Caleb! ¡Por Dios dime que Aaron está contigo!

El silencio al otro lado de la línea no le dio buena espina.

-¿Aaron…? No, aquí no ha llegado, ni siquiera sabía que venía -murmuró el gemelo y Nahia se cubrió

la boca con las manos, desesperada.

-¡Salió para allá esta mañana, yo misma lo llevé al aeropuerto, Caleb, ya debería haber llegado! –

exclamó Nahia angustiada.

-A ver, tranquila. A lo mejor tuvo que hacer algún desvio -intentó tranquilizarla Caleb-. ¿Venía en el

avión de la empresa?

-Si, sí, en ese -confirmó Nahia de inmediato.

-OK, dame unos minutos para rastrear el vuelo y te digo dijo él abriendo su computadora.

Nahia to escuchó teclear rápidamente, y luego de un par de minutos la forma en que sus dedos

corrían por el teclado se hizo más violenta. Si ella hubiera podido ver su cara se habría asustado

todavía más, porque cuando aquella noticia saltó en su pantalla Caleb sintió que se le estremecía

hasta el alma.

-Nahia, escucha… tienes que venir lo más rápido que puedas -le pidió y la muchacha cayó sentada en

su sofá.

-¿Por qué… qué pasó, Caleb?

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-Tenías razón, el vuelo de Aaron debió llegar desde el mediodía, pero perdió contacto con tierra sobre

los Cárpatos… y jamás llegó a Ucrania. 2

Nahia no pudo aguantar el sollozo de terror, pero para ese momento Caleb ya había dejado su

computadora, y corría desesperado a alertar a la familia.

-Tienes que venir, Nahia -fue lo único que repitió antes de colgarle y la muchacha salió corriendo hacia

su habitación.

Aaron la había enseñado a siempre tener preparada una maleta, así que solo la sacó del closet y

llamó al hangar donde estaba el avión‘ privado de los King. Poco después estaba volando hacia

Ucrania y cuando llegó a Odessa, parte de la familia estaba preparándose para salir.

-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó sollozando y Katerina la alejó de la gente.

-El avión tuvo un accidente, Nahia -le dijo y la muchacha pudo notar también la desesperación en su

VOZ. 2

-Entonces… él… -Nahia sintió como si el mundo se hundiera bajo sus pies-. No, no puede ser… él no

puede estar muerto… abuela… ¡no puede estar muerto!

-No lo está. No lo está. Nosotros usamos rastreadores para localizar a la familia y Caleb activó el de

Aaron hace una hora, sabemos que está vivo, pero las cosas no se ven bien… parece que está herido

o algo.

Nahia ni siquiera se detuvo a preguntar cómo funcionaba aquella cosa, con saber que estaba vivo era

más que suficiente para ella.

-¿Un rastreador…? -murmuró esperanzada-. ¡Eso quiere decir que podemos encontrarlo! ¿No es asi?

Katerina asintió, no quería que se pusiera peor de lo que ya estaba, pero tenía que decirle la verdad.

-Por eso tenemos que ir. La base del rastreador la tiene Caleb, ya contactamos a las autoridades

eslovacas pero el avión cayó en medio del bosque, los Cárpatos son una cosa seria, hay una ventisca

ahora y un helicóptero no puede aterrizar ahí ni hacer que bajen hombres.

Nahia se llevó las dos manos a la cabeza con desesperación.

-¿¡Entonces qué vamos a hacer!? -exclamó desesperada.

-¡lr nosotros! Salimos en diez minutos, así que alíśtate. El viaje es corto pero no sabemos lo que

vamos

a encontrar.

En efecto, el viaje fue corto, y mientras tanto Caleb le enseñaba a Nahia la señal del rastreador que le

decía que todavía estaba con vida. Iban Nina y Jake, los tres tíos Orlenko, Caleb, y Katerina.

-En los Cárpatos… hay mucho frío, ¿verdad? -preguntó Nahia de repente y Caleb asintió.

-Sí, en esta época del año está bajo cero, pero Aaron es fuerte. Nadie es más fuerte que él -sentenció.

Nahia cerró los ojos y juntó las manos, rezando con todo su corazón para que así fuera, para que

lograra mantenerse vivo a pesar de todo, a pesar de estar herido, a pesar de estar solo.