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La Novia Equivocada Novela de Day Torres

LA NOVIA EQUIVOCADA CAPÍTULO 54
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CAPITULO 54. James Rex Wilde Meli sonrió al ver la residencia que los esperaba a ella y a Rex. Era

unapequeña villa de estilo victoriano, y decimos pequeña porque solo tenía siete cuartos.

Se instalaron enseguida y los señores Lanning consiguieron su propia mansión a la que mudarse, lo

suficientemente cerca como para estar presentes cuando los necesitaran, y lo suficientemente lejos

comopara dejarlos desarrollarse.

– Me gustan tus papás.

Son lindos - sonrió Meli un par de semanas después.

1 - Tú también les gustas, lo cual es un milagro porque no les gustan ninguna de mis novias – suspiró

Rex.

- Precisamente por eso les gusto, porque no soy tu novia – se rio Meli-.

Voy a ser la relación que más te dure en tu vida solo por eso.

-¡Tonta! -gruñó Rex lanzándole una almohada -.

Mañana empiezo los entrenamientos con el equipo.

¿Vas a venir a verme? -¡Claro que sí! ¡Tú eres mi prioridad número uno, Lanning! – Mentirosa, lo que

pasa es queno tienes nada más que hacer.

Y Rex sabía que eso no era lo único que le pasaba.

Meli estaba triste, estaba deprimida en todos los aspectos y el cambio de aires solo sería novedad

porpoco tiempo.

Al día siguiente se encontraron con el señor Archibald Lanning en el estadio y los dos acompañaron a

Rex ensu primera práctica, realmente parecía haber nacido para aquello, le encantaba y era un

jugador excelente.

En poco tiempo conquistó la simpatía y el respeto de los demás jugadores y para el final de la práctica

su padre solo podía aplaudir.

-¡Y lo hizo solo! -sonrió Archibald dirigiéndose a Meli con orgullo—.

Yo solo quería que me sustituyera en la empresa, pero mi muchacho de veinte años ganó un contrato

millonario como futbolistaprofesional.

Debí estar más orgulloso de esto mucho antes.

-Mírelo por el lado bueno, está aquí, en su primera práctica como profesional – lo animó Meli – No se

ponga a pensar en lo que no hizo, mejor alégresede que pueden estar juntos.

Además piense que esto no le va a durar para siempre, será futbolista unos años, ganará muchos

Super Bowl y luego irá a dirigir la empresa familiartal como estaba planeado.

Se lo aseguro.

Archibald sonrió y pasó un brazo sobre tus hombros.

- ¿Y tú, mi niña, qué vas a hacer? ¡Y no me digas que solo será venir a las prácticas de este baboso! -

¡Claro que no! -rio Meli-.

Quiero ir a la universidad, pero con todo el asunto del bebé…

no quiero empezar algo para dejarlo de nuevo a la mitad.

-Me contó Rex que eres la dueña de empresas Wilde.

-Así es, pero por ahora las dirige Harrison Crove, es muy buen Director.

Quiero aprender de él tanto como pueda -confesó Amelie.

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1 -Eso sí que es lo mejor - dijo Archibald-.

Sé que serás una gran empresaria, te tengo confianza.

¿Y qué te parece si mientras esperas al Bebé Wilde, primero aprendes sobre administración de

empresas con el mejor profesordel mundo.

-¿Con usted, en serio? — lo halagó Meli.

-¡Cómo me conoces! — rio el señor Lanning-.

La universidad es muy importante, hija, pero hay cosas sobre los negocios que no te enseñarán enun

salón de clases.

Ven conmigo mañana a la empresa.

Déjame mostrarte cómo se dirige una transnacional.

1 Meli accedió encantada, y de ahí en adelante las semanas se le fueron mientras aprendía no solode

Archibald, sino también de Harrison Crove.

La sede de empresas Wilde era hermosa, y ella tenía allí la oficina principal.

Su entrenamiento comenzó en Lanning Enterprise y mientras Meli escuchaba a Archibald hablar de

sus aventuras empresariales, no podía sino maravillarse de suslogros.

Le enseñaba no solo el manejo básico de sus empresas, sino como desenvolverse entre los

ejecutivos.

Meli se llenaba de orgullo y admiración por aquel hombre, que cada vez más la trataba como una hija,

y quería presentarla con todos.

- Pero Leticia -suspiró un día Meli cuando la mujer se empeñaba en comprarle un vestido de gala y

llevarlaal coctel de una de las adquisiciones de su esposo - Ya tengo cinco meses, se me ve pancita,

¿no debería quedarme descansando? - Escúchame bien, querida - dijo la señora Lanning atrapando

su barbilla-.

Con pancita, con hijos, con periodo, con cansancio, desgreñada, como sea, tienes que salir al mundo

y hacer tu trabajo y sacar adelantetu empresa porque es tuya.

Tienes que ser una mujer fuerte y determinada, para que nunca tengas que vivir de nuevo bajo la

sombra de nadie más.

¿Se acuerdo? 1 Meli sonrió y terminó de probarse aquel vestido.

Rex le puso los ojos en blanco cuando la vio llegar con la percha, pero se puso lindo y le ofreció su

brazopara ir a la gala.

Meli observaba con entusiasmo cómo se desenvolvían en el mundo de las grandes empresas,

dominando todo, desde el marketing y las finanzas hasta los asuntos legalesy la planificación

estratégica.

-¡Te voy a robar, te juro que te voy a robar! -dijo una voz en su oído y Meli rompió en carcajadas al ver

a Harrison — ¿Cómoestá ese heredero? —preguntó señalando su pancita.

-Escondido.

Todavía no quiere dejar saber si es niño o niña -respondió Meli.

- Déjalo, solo es una estrategia de baja compensación de acciones para darnos una sorpresa – se rio

Harrison.

-¡Oye, mi niño jamás sería tan financieramente engañoso! - ¡Pero entendiste la referencia a la primera!

-exclamóHarrison.

Todo era así con él.

Dirigía la empresa con habilidad y confianza, y se asombró de cómo la guiaba por el intrincado mundo

de las finanzas y la gestión con tanta facilidad.

A pesar de los retos que suponía ser una madre joven, Meli se volcó en su trabajo, aprendiendotodo lo

que podía de esos dos experimentados líderes empresariales.

Harrison cada vez la involucraba más en la empresa, haciéndola tomar decisiones difíciles pero

guiándola porel camino correcto.

2 A medida que Meli aprendía de Archibald y de Harrison Crove, se convertía poco a poco en una

experta en el mundo de los negocios.

Y a medida que crecía su confianza en sí misma y en sus habilidades, se encontró con que estaba

sanando de una forma hermosa.

Extrañaba muchísimo a Nathan, eso no podía negarlo.

Sentía que su corazón se rompía un poco cada vez que lo veía salir en alguna revista.

Siempre lo fotografiaban solo, pero ella sabía que su esposa y su hija estaban esperándolo en casa.

Mientras más tiempo pasaba sin Nathan.

más se sentía fuerte y decidida a no dejar que su amor la volviera vulnerable.

Jamás podría olvidar todos los momentos hermosos que habían compartido juntos, pero él nunca

había sido suyo.

Por desgracia la vida era así, y a pesar de todo ese dolor, Meli se sentía feliz.

Estaba luchando por sus sueños y sobre todo por su hijo.

Y eso le daba la fuerza necesaria para seguir adelante.

- ¡Es niño! -gritó Rex saliendo del cuartito de ultrasonidos cuando llegó el de los siete meses – ¡Y solo

advierto, no se llamará ni Archibald, niHarrison, ni Remington, ni Leticio! – amenazó levantando el

dedo en dirección a la familia y amigos que estaban esperando afuera -.

Y el que quiera ser padrino se tiene que pasar por la casa a ayudar, hay cunas que armar, nubecitas

que pintar en las paredes…

cosas así.

21 Todos rieron emocionados y felicitaron a Meli por esperar un varoncito.

Los últimos meses de su embarazo la obligaron a descansar, pero había tanto que preparar para la

llegada delbebé, de deprimirse.

La señora Leticia siempre estaba con ella, cuidándola y ayudándola, y Rex salía muy poco después de

sus prácticas.

Meli ya no era capaz de dormir mucho, y cada vez que llegaba pasado de la medianoche, ya la

muchacha sabía lo que tenía que hacer.

Se levantaba en su pijama de panzona y se paraba en la puerta con un sartén en la mano.

-¡Remington Lanning! ¡Es que no respetas ni a tu mujer embarazada!? ¿¡Tú no tienes vergüenza!?

¿Cómo puedes estarpor ahí de fiesta con una zorra...? Rex se lanzaba del taxi y la zorra en cuestión

salía despavorida sin siquiera pedirle su número de teléfono.

-¿Cómo me salió? - preguntó Meli contoneándose mientras entraba a la casa.

-¡Te estás perfeccionando, Wilde! – rio él abrazándola—.

Tú eres el mejor escape que un solterazo como yo puede pedir.

- ¡Pues a ver qué te haces cuando nazca el nene, porque ahí sí ya no voy a poder gritar! –le advirtió

Meli.

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-No te preocupes, yo me programo para llegar en una de las tomas de leche, paraque lo escuchen

gritar.

Meli puso los ojos en blanco y se pusieron a ver una película para aguantar el insomniode Meli y la

resaca de Rex.

Finalmente una de esas noches Rex bajó solo del taxi bastante temprano y corrió a la casa.

-¿Ya viene? ¿En serio que ya viene el bebé? ¿Qué hago? ¿Qué hago? –exclamó nervioso.

-¡Llama a tu papá, porque con todo el alcohol que traes, si abres más la boca me dejas desinfectada

para la cesárea! –secarcajeó Meli antes de que una contracción la hiciera callar y gruñir- .

¡Ya vamos al hospital! 1 Rex hizo lo que le dijo Meli, y en cuestión de minutos estaban todos en elauto

camino al hospital.

Dado su historial médico, los doctores decidieron que Meli fuera sometida a una cesárea y antes de

que Rexpudiera protestar Meli le enseñó un sartén.

-¡Tú entras conmigo! ¡Ni se te ocurra escaparte! -¿¡Cómo es que traes un sartén al hospital!? —le gritó

Rex.

-¡Porque te conozco, cobarde! — rio ella a pesar del dolor.

La operación fue más fácil de lo que todos esperaban, y en menos de dos horas Meli yaera madre.

-¿Es hermoso? - le preguntó a Rex medio somnolienta por los sedantes.

-¡Claro que es lindo, si salió a su tío! -dijo él mientras le entregaba al bebé.

A Meli se le hizo un nudo en la garganta cuando vio a su hijo.

-Mentiroso, se parece a mí -sonrió ella acariciando la cabecita de su hijo, y también podíaver otros

rasgos muy especiales en él -.

¡Eres precioso mi vida, eres el niño más bello del mundo! Aquello sí era amor a primera vista.

– ¿Ya pensaste en un nombre? —preguntó Rex.

– James — “como su bisabuelo”, pensó Meli— .

James Rex Wilde.

A Rex se le humedecieron los ojos e hizo un puchero mientras Meli le pasaba al bebéy él lo llevaba a

conocer a la familia.

– ¡Soy tío! –exclamó.

– ¡Soy abuelo! -gritó Archibald.

-¡Y yo abuela! -se emocionó Leticia tomando al bebé.

-¡Y yo padrino! -exclamó Harrison.

-¡Pues empiecen a pasar manutención que toda esa familiaridad no es gratis! -dijo Rex y todos se

reunieron en torno al bebé para verlo.

Realmente era un niño hermoso, sano y fuerte.

Estuvieron pocos días en el hospital y luego regresaron a casa.

La vida de aquella familia comenzó a girar alrededor del pequeño James, y aunque a veces Meli no

podía evitar aquella oscura punzada de dolor al vertanto de Nathan en él, se sentía tranquila porque

sabía que su hijo estaba rodeado de amor y fuera peligro, sin que nadie lo viera como una amenaza o

lo odiara.

Los Patriots quedaron en cuartos de finales esa temporada, pero para el inicio de la siguiente ya Rex

estabamejor preparado.

A medida que James iba creciendo, la abuela Leticia se quedaba más con él, Meli hizo su espacio

para la universidad y la empresa; y la distracciónllegaba con los partidos de Rex.

Meli no se perdía ni uno, pero estaba lejos de imaginar que serían aquellos mismos partidos los que

pondrían su vida de cabeza otra vez.