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¿Tuvimos un hijo

Capítulo 128
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Capítulo 128

Anastasia se giró y vio a Helen con una copa de vino tinto en su mano. Ella tenía sus brazos cruzados

mientras se burlaba de Anastasia:

¿Crees que no sé lo que estás haciendo? Estás intentando pulir tu reputación y al mismo tiempo, ser el

mal tercio de una relación. Estás seduciendo a Elías en secreto.

Los ojos de Helen brillaban con resentimiento. Ahora que solo estaban ellas dos solas, no necesitaba fin

gir más y podía expresar todo el odio que sentia. Anastasia resopló y dijo:

¿Estás intentando meterte conmigo? Si me atrevo a casarme con Elías, iserás tú quien terminará llorand

o en una esquina!

– Anastasia… –

Helen no solo no tuvo éxito en ofender a Anastasia, sino que hasta le permitió que ella la hiciera enfure

cer aún más y después habló entre dientes

—. ¿No te importa el hecho de que me acosté con Elías, Anastasia?

– No –respondió Anastasia con una ceja alzada. Ella estaba

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intentando fastidiar a Helen a propósito. En ese momento, apareció una mirada de odio en los ojos de H

elen mientras apretaba sus puños y pensaba:

«Nunca voy a permitir que Anastasia me quite a Elías»

Anastasia no estaba de humor para seguir hablando con Helen, así que se giró para ir al balcón, el cual

no tenía mucha gente. Sin embargo, una voz masculina y atractiva sono desde el salón en ese moment

o. Era el presentador llamando a Anastasia por el micrófono.

– Me gustaría invitar a Anastasia Torres al escenario. Has tirado algo.

Anastasia se quedó helada. Todos los invitados estaban tan sorprendidos como ella y se preguntaban si

Anastasia había tirado algo de mucho valor.

«¿De lo contrario, ¿por qué el presentador haría un anuncio tan llamativo?»

Anastasia estaba igual de confundida y comenzó a buscar en su bolso para ver si había algo perdido.

«¿Qué tiré? ¡Todo está aquí!

–¿Está Anastasia Torres aquí? Por favor, pase al escenario. Gracias.

El presentador continuó llamando a Anastasia y ella no tuvo otra opción más que ignorar

la vergüenza que sentía mientras caminaba al escenario.

«iEn verdad no tiré nada! ¿Acaso ha habido un error?» penso.

Una vez que Anastasia llegó al escenario, el presentador camino hacia ella y preguntó con una sonrisa:

–¿Es usted la señorita Anastasia?

hijo Anastasia, quien se sentia bastante inquicta al

–SI, soy yo, l‘ero no le olvidado nadal sentir cientos de miradas en ella

–NO ON Venad: has olvidado una parte muy importante de tu vida –

dijo el presentador como si se tratata de un certijo.

De pronto, se empezó a CNCuchar una canción romántica de un cantante del extranjero. La voz profund

a

y ronca del hombre se escucho por todo el salón y muchos de los invitados se reunieron frente al escen

ario, pues que han ver lo que estaba sucediendo. Anastasia sentia un zumbido fuerte en su cabeza mien

tras observaba todo.

Quien puso esa canción?..

De pronto, Anastasia vio una ligura larguirucha caminando hacia ella con una gran sonrisa en su rostro.

¿Quien más podría ser aparte de Miguel? El rostro de Anastasia se sonrojó.

Que intenta hacer esta vez y por qué lo está haciendo frente a todos? ¿Acaso nunca se puso a pensar c

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omo me sentiría con esto?

Miguel fijó su mirada amorosa en Anastasia mientras se acercaba a ella. Al final, se arrodilló cuando est

aba a medio metro de ella. Todos en la multitud comenzaron a aclamar como locos, pasmados.

¿No es ese el joven de la familia Palomares? Qué está haciendo? Parece que está… icpidiéndole matrim

Al mismo tiempo, la figura de otro hombre alto acababa de bajar las escaleras del segundo piso y se que

«No me esperaba que le pidiera matrimonio a Anastasia esta noche»

Anastasia estaba igual de atónita y observó a Miguel por un momento antes de extender sus brazos para

–¿Qué estás haciendo, Miguel? iLevántate rápido! iDeja de bromear!

En ese momento, Miguel

buscó el anillo de diamantes en el bolsillo de su abrigo y lo presentó con cautela frente a ella

antes de tomar el micrófono del presentador para hablar.

–Te amo, Anastasia. ¿Te casarías conmigo? —preguntó Miguel en un tono sincero.

Anastasia se sintió aturdida por el zumbido en su cabeza mientras agrandaba sus ojos y observaba a Mig

– Miguel…

Anastasia estaba demasiado pasmada

para decir o hacer algo. Había cientos de chicas en la multitud que la estaban mirando con admiración y

zona de comida, también se quedó atónita al ver lo que estaba ocurriendo; el hombre que amaba le estab