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¿Tuvimos un hijo

Chapter 366
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Capítulo 366

Por lo tanto, incluso si la señora Palomares habia amenazado con hundir la bolsa de valores para

poder salvar a su nieto, era algo comprensible; debido a la inmensa presión, la fuerza policiaca solo

pudo hacer lo mejor para salvar la vida del joven Elias, al fin y a hacerlo. Si no hubiera sido por la

presion continua de sus superiores, ela madre de Anastasia seguiria viva? ¿Anastasia hubiera sido

capaz de pasar su niñez con una madre sin tener que perder a alguien que amaba mucho? Ha pasado

mucho tiempo desde que Anastasia habia extrañado tanto a su madre, la cual había sido una figura

imaginaria hasta donde ella podia recordar. Ella ni siquiera tenia una simple memoria de su madre,

puesto que tenia un año y ocho meses en aquel entonces, por lo que tampoco estaba consiente de

nada aún. Nada más habia fotos de su madre mirándola con cariño y provocaba que Anastasia se

pusiera sentimental, mientras que las lágrimas empezaban a rodar por sus mejillas, pues se sentia

devastada.

Ella no resentia a nadie, pero tampoco queria ver a nadie de la familia Palomares, incluyendo a Elias;

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ella pensó que la única que la unica cosa que podía hacer era cortar los lazos con la familia Palomares

y nunca volverse a involucrar en sus asuntos de nuevo. Era la púnica manera de darle justicia a su

madre: justo en ese momento, se escuchó que tocaron la puerta y ella pudo adivinar de quien se

trataba. Sin embargo, no queria levantarse y mucho menos abrir la puerta.

– Anastasia… Soy yo. ¿Me puedes abrir la puerta? sonó la voz de Elias.

Los golpes en la puerta se detuvieron por un rato, pero pronto se reanudaron, pues parecia que el

estaba determinado a verla, de otra manera no se iba a ir. Después de limpiarse las lágrimas y de

recuperar la compostura, Anastasia se lavó la cara y camino hacia la puerta, pero no fijó su mirada en

el

-Debes irte, no quiero verte -dijo ella con indiferencia. Al escuchar eso, Elias se puso nervioso, ya que

no sabia lo que Raúl le había dicho, pero, en definitiva, había sido algo que la lastimó a profundidad.

-¿Por qué no me quieres ver? cuestionó él con una voz ronca, a lo que los ojos de Anastasia se

pusieron rojos al instante, mientras lo volteaba a ver.

Nada más no quiero verte. No vengas a buscarme y no trates de contactarme de nuevo. Será mejor

que tú y tu familia se alejen de la mia.

– Anastasia… dijo Elias y justo cuando queria continuar, ella le cerró la puerta en la cara. Mientras que

el se quedó de pie afuera, se sintió perplejo, pues las palabras de Anastasia se sintieron como agujas

que perforaron su corazón, haciéndolo batallar para respirar. Podía sentir la pizca de resentimiento en

sus ojos, ¿qué diablos le dijo Raúl?

¿Por qué la hizo odiar a la familia Palomares?».

En realidad, ese no era el caso, puesto que Anastasia no odiaba a la familia Palomares, era solo que

no podia aceptar lo que hizo en aquel entonces para salvar a Elías. Si los Palomares no hubieran

hecho eso, isu madre seguiría viva el día de hoy? Mientras que Anastasia cerraba sus ojos, se dio

cuenta de que Elías hubiera muerto a la edad de seis años si su madre hubiese sobrevivido. Cuando

dicho pensamiento llegó a su cabeza, sintió un dolor sofocante en el pecho;

Anastasia era codiciosa, pues queria que tanto su madre como Elias siguieran vivos. En un rato, ella

iba a traer a su hijo de regreso a casa, pintar la raya con la familia Palomares y vivir una vida feliz con

su hijo sin tener que involucrarse con los Palomares. Miguel pudo escuchar la determinación en su voz

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a través del teléfono, asi que envio de regreso a Alejandro con ella antes de la hora de la cena.

iMami! -exclamó Alejandro saltando fuera del auto y corriendo en dirección a Anastasia, ella lo cargo y

fue con Miguel, quien justo se estaba bajando del auto.

Gracias por cuidar de Alejandro.

-Es mi responsabilidad. ¿Estás bien? -inquirió con preocupación.

Estoy bien.

-¿Por qué tu oreja está lastimada, mami? gritó Alejandro en voz alta al instante en que notó la herida.

Nada más es un rasguño, no te preocupes aseguró Anastasia a su hijo con una sonrisa; no obstante,

Miguel sabía por lo que ella había pasado y su mirada se llenó de angustia cuando volteo a verla.

Sin importar que, Elias y yo haremos lo mejor para ayudarte.

Gracias. iDeberías irte ya!–sugirió ella y después tomó la mano de su hijo y se fue a casa; durante el

camino, miraron a dos personas que lucían bastante conocidos.

– Mami, ino son ellos los guardaespaldas del señor Palomares?

– No, no lo son-negó ella.

Aunque Elias ya se había ido, sus dos subordinados estaban vigilando la parte de abajo, mientras que

Anastasia llevaba de regreso a su hijo a la casa; ella queria solicitar unas vacaciones extendidas y no

regresar a la oficina de momento. Si no aprobaban dicha solicitud, entonces no le quedaría otra opción

más que renunciar.